jueves, 16 de junio de 2011

AUNQUE ME HAYA IDO























AUNQUE ME HAYA IDO
             
Cuando me envuelvan las sombras
y mi corazón ya no tenga sentido,
cuando la noche me cubra
con el manto del olvido,
que no sea la tristeza que embargue tu destino,
sino el hermoso recuerdo de lo que hemos vivido.

Cuando me envuelvan las sombras
y mi cuerpo y alma esté vacío,
cuando camine en tinieblas
buscando mi destino,
tendré tu nombre en mis labios
y tu recuerdo irá conmigo.

Deja una sonrisa con la flor de cada día,
no te apenes que la pena es tristeza y agonía,
cumple mi último deseo, rehace tu vida,
que yo estaré a tu lado
compartiendo tu alegría.

Aunque no encontrarás quien te quiera
como solo yo te he querido,
ese será tu recuerdo que no tendrá olvido,
deja que te quieran, sigue tu camino,
que de recuerdos no se vive aunque añores lo perdido.

Olvídate de mis cartas, de mis fotos, de mis libros
que no quede nada mío que nuble tu destino,
disfruta de la vida como lo hiciste conmigo,
que tu goce será el mío, porque siempre estaré a tu lado,
aunque me haya ido.

jueves, 9 de junio de 2011

AUNQUE TÚ NO SEPAS NADA



















AUNQUE TÚ NO SEPAS NADA

Yo estoy contigo, aunque tú no sepas nada,
Te miro desde lejos, deseando tu mirada,
Estoy en tus silencios, en tus sueños, en tus ganas,
Admirándote de lejos, con mi alma enamorada,
Y en mis sueños te deseo, aunque tu no sepas nada.

Y en la soledad de mis días, tan solo esperaba,
hacerme de coraje y confesarte que te amaba,
contarte mi secreto, mis angustias, mi desvelo,
que mis noches de delirio, con mis manos te aferraba,
 y apretándote en mi pecho, mi pasión te susurraba.

Y esa noche de delirio, mi deseo consumaba,
amaneciendo en mi hombro suavemente despertabas,
ese sueño aún va conmigo, día y noche me acompaña,
y ese sueño tan hermoso que mi mente imaginara,
en mi alma esta grabado, sólo tú no sabes nada.

Y los días pasaron, te vi de pronto enamorada,
y la angustia y el dolor, a mi alma desgarraba,
sufriendo en silencio, premio a mi cobardía,
por callar mis sentimientos, por no haberte dicho nada,
por temor que tu rechazo, a mi vida destrozara.

Y ese día en el altar, bella, radiante, inmaculada,
el si pronunciado ante dios, fue como una puñalada,
que se clavó en mi pecho, y en la ilusión que atesoraba,
hoy eres mujer casada, y yo  te sigo queriendo,
muriéndome por dentro, aunque tú no sepas nada.